La salud visual de los niños es un pilar fundamental en su desarrollo y durante la etapa escolar. Una función visual adecuada no solo les permite explorar y comprender su entorno, sino que también desempeña un rol crucial en su rendimiento académico.
Desde el momento de su nacimiento, los bebés comienzan a desarrollar sus habilidades visuales. A medida que crecen, estas habilidades evolucionan y abarcan aspectos que van más allá de la agudeza visual. La percepción de profundidad, la capacidad de enfocar correctamente a todas distancias, la motilidad ocular y la coordinación binocular, entre otros, son esenciales para procesar la información visual en el entorno educativo y participar plenamente en actividades académicas. Además, en caso de que exista una dificultad en el aprendizaje, es necesario acudir a un psicólogo/a infantil por si existen motivos cognitivos o de la conducta que haya que abordar.
Disfunciones visuales y su relación con el rendimiento escolar
Las disfunciones visuales son anomalías de la capacidad de enfocar, coordinar y mover los ojos que pueden afectar el desempeño académico de los niños y que podrían pasar inadvertidos si no se detectan a tiempo.
Disfunciones binoculares
La correcta coordinación entre ambos ojos es esencial para una visión clara y cómoda. Las disfunciones binoculares, como la insuficiencia de convergencia, dificulta fusionar las imágenes de ambos ojos, pueden resultar en fatiga visual y visión doble. Estos problemas pueden dificultar la lectura y la comprensión de textos.
Disfunciones acomodativas
La acomodación es el término empleado para hablar de la capacidad de enfocar de los ojos. Cambiar rápidamente el enfoque entre actividades que requieren visión cercana y lejana es una habilidad fundamental en clase. Por ejemplo, para copiar en una libreta lo que pone en la pizarra. Problemas de acomodación, como la falta de flexibilidad en el enfoque, pueden causar fatiga, visión borrosa y dificultades al realizar cambios lejos-cerca o viceversa. Esto puede impactar la lectura y otras tareas relacionadas.
Disfunciones oculomotoras
Los movimientos oculares son clave durante la lectura, hacer seguimiento de objetos y cambiar la atención de un lugar a otro. Los problemas oculomotores pueden resultar en pérdida de lugar durante la lectura y dificultades para mantener la concentración en las tareas visuales. También puede dificultar la práctica de deportes que requieran seguir objetos, como el tenis o el baloncesto.
Además de estas disfunciones, también debemos considerar los defectos de refracción, como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, que pueden reducir severamente la agudeza visual y se corrige con gafas o lentillas en la mayoría de casos. Así como otras condiciones importantes como la ambliopía («ojo vago») y el estrabismo (desviación de un ojo).
En resumen, la función visual en los niños tiene impacto en el desempeño de tareas como la lectoescritura y, por ello, puede repercutir en el rendimiento escolar. Reconocer y abordar las disfunciones visuales es esencial para asegurar que los niños tengan una función visual adecuada para su actividad escolar.
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